De momento
Con esa sonrisa de pícaro, de
travesura tras travesura, te conocí. Me saludaste con dos besos y ya
me trataste como si de siempre nos conociéramos. Me avasallaste a
preguntas, querías que te contara de mi vida. Pensé que raramente
te volvería a ver. Un típico ya nos veremos,
que siempre queda en nada.
Y de
pronto tengo tu espalda entre mis manos. Y entre risas y bromas,
burlas, manotazos, y alguna patada, ya estás en mí, formando parte
de lo que soy. Me llamas y un café nos acerca más, ahora sí, te
puedo insultar con tranquilidad. Frases que nos acompañan, algo muy
tuyo. Una noche fría, masajes colectivos, sueño y pocas mantas, tu
abrazo. Una especie de despedida que me hacía dudar de un nuevo
encuentro, y que tan solo fue el comienzo de algo más. Te extrañaré,
dos besos y un adiós.
24 horas después el teléfono sonó, como los
siguientes 12 días. Una llamada, un mensaje de texto. Un cómo
estás, un qué has
hecho hoy, un tengo
una horita para vernos... una
forma de cambiarme la cara, de animarme tras un bajón. Y entre
tonterías no podía dejar de abrazarte, algo así como un osito de
peluche, algo así como un refugio, como una seguridad. Un intento de
enfado entre tantas burlas, un “chiste” que me seguirá siempre.
El encuentro no planeado una noche de viernes. Después, un mensaje
diferente. La despedida oficial, comida, música, tus labios, una
foto que interrumpe. El adiós. Tres días más, tres encuentros más,
tres adiós más. Mis lágrimas en tu hombro, tu sabor en mis labios.
Un hasta pronto. Y el último mensaje, que me hace reír y añorarte,
y que trae a mi cada momento juntos, que llevaré conmigo, igual que
tu pañuelo y tu olor.
Déjame decirte que entre bromas y risas no
quise creer lo que me decías y que aún hoy me cuesta aceptar tus
palabras por temor de colgarme de una ironía. Pero, ¿sabes?, la
vida pasa de momento y yo ahora te recuerdo con esa sonrisa de
pícaro, de travesura tras travesura.
Comentarios
Publicar un comentario